Los avances en el mountain bike casi siempre se han caracterizado por solucionar un problema o crear una mejora tangible, ahora las tendencias parecen apuntar por una llegada masiva de transmisiones inalámbricas electrónicas, la pregunta es ¿aportan alguna mejora solucionando algo?.
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Los frenos de disco mejoran la frenada de nuestras bicicletas y nos hicieron olvidar de estar todo el día centrando las ruedas para tener una pista de frenado correcta, las tijas telescópicas nos dieron un gran control en los descensos, las ruedas más grandes hicieron que pasar por encima de rocas fuese un poco más fácil y la llegada de las suspensiones con cámaras de aire grandes consiguieron reducir su peso y darnos un tacto increíble.
En cambio, aún no se sabe si las transmisiones inalámbricas electrónicas están solucionando algo o aportan alguna ventaja a nuestras bicicletas. Una de las mayores cualidades que tienen es conseguir eliminar cables de nuestro puesto de mando, pero más allá de la estética la eliminación de estos no aportan ningún valor en nuestra conducción o a la bicicleta en líneas generales.
Otra de las ventajas que acarrea este tipo de transmisiones es su fácil montaje, algo que agradecerán las personas que no les guste la mecánica y se desesperen a la hora de estar pasando cables a través del cuadro y qué decir de olvidarte de cambiar cables que se hayan oxidado o deteriorado olvidándote de esta manera del mantenimiento básico. Por último tal vez la ventaja más tangible sea la de no estar empujando las palancas para tirar de cables que accionan el cambio o la tija telescópica, eso descansara un poco más nuestros dedos y si tenemos alguna lesión en las manos tal vez lo agradezcamos.
Más allá de lo descrito estas transmisiones siguen sin resolver los problemas que originan este componente, la jaula del cambio sigue golpeando con las piedras o metiéndose entre los radios de la rueda, el cuerpo del cambio sigue expuesto a los elementos exteriores y a fuerzas laterales que lo deforman, sigue teniendo un desgaste de roldanas y sigue siendo un peso suspendido fuera de la estructura del cuadro.
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Habría que preguntarles a Shimano y a Sram por qué razón siguen manteniendo algo tan obsoleto como las transmisiones actuales, ya que desde que apareció la primera caja de cambios integrada ese es el camino que tendrían que haber seguido, eliminando de un plumazo todos los problemas que se arrastra con una transmisión, eso sí que sería un avance y mejoraría la experiencia de hacer mountain bike, añadirles una batería las deja prácticamente igual.
Un cambio mecánico sigue funcionando excelentemente y no va a hacer que tu bicicleta vaya peor que una con cambio electrónico. Obviamente, cada ciclista decidirá qué usar en su bicicleta y un sistema AXS luce muy bonito en una bicicleta dándole un toque muy “Pro”, aunque este no aporte mucho a ella, será un imán de miradas y el protagonista de muchas fotos.
Es complicado que el “gran público” absorba las transmisiones electrónicas, ya que para la mayoría de ciclistas les será siempre más barato cambiar fundas y cables que adquirir una transmisión inalámbrica y afrontar luego una posible avería o rotura del cambio trasero que será más costosa que la reparación/sustitución de uno mecánico. La última palabra os la dejamos a vosotros, ¿pensáis que solucionan algo las transmisiones electrónicas?.