Para muchos ciclistas de montaña la llegada del verano anuncia la temporada alta para salir en bicicleta, pero para aquellos que viven en localizaciones más al sur o suroeste de la península ibérica, el verano anuncia la temporada baja de pedaleo.
¿Te imaginas pedalear en mountain bike con más del 90% de humedad? ¿Con temperaturas que superan los 38º?, o ¿qué la mayor franja horaria del día tengas que estar alejado del sol porque es insoportable?. Esto es más o menos es lo que pasa cuando llega el verano a zonas costeras del sur de España como la Costa Blanca o Costa del Sol u otras zonas interiores como Almería o incluso Granada, empieza una temporada donde los madrugones o las nocturnas son la única alternativa que queda para salir a pedalear.
Hace demasiado calor
Hace tanto calor que las horas para montar son limitadas, antes de las 9:30 de la mañana tienes que haber acabado la ruta si no quieres morir derretido en medio de un camino polvoriento o por lo contrario deberás de salir a partir de las 20:00 horas buscando el poco fresco que pueda darte la luz de la luna. Rodar por encima de 21º es horrible, porque aunque parezca poco calor a esto le tienes que sumar una tremenda sensación de humedad que te ralentiza.
Ningún neumático agarra
El terreno se ha compactado y una capa de polvo lo cubre todo, se acabó el bajar con seguridad en los senderos, el grip se ha ido de vacaciones y no volverá hasta que llegue el otoño y sus lluvias. Secarrales, la eterna capa de mini piedras resbaladizas y surcos que agrietan la superficie, harán que tengas que luchar constantemente con la bicicleta y no puedas soltar del todo los frenos.
Las bicis no paran de crujir.
Polvo, sequedad y tierra suelta hacen que todos los puntos de giro de la bicicleta de montaña se sequen y no paren de crujir, la cadena no aguanta sin que le eches aceite prácticamente cada salida, prepárate a buscar de donde viene el crujido "a seco" que te está volviendo loco y no consigues encontrar.
La espalda sudorosa
Ir en bicicleta de montaña con más de 30º y un 95% de humedad con una mochila en la espalda es lo más odioso que pueda existir, todo son roces, ir pegajoso y con la espalda mojada como si te hubieses caído en una piscina. Puede que una riñonera de hidratación sea la solución, aunque puede que se te quede corta de agua y más si en la zona que montas no existen fuentes donde poder recargar.
Cargar con mucha agua
Hace tanto calor que necesitas beber mucha agua con lo cual acabas cargando con 3 litros de agua en tu espalda más todo el material que lleves habitualmente, sin contar los electrolitos que llevas en el bidón, o tal vez prefieras llevar botellas flexibles en los bolsillos del maillot o combinar un doble porta bidón con una riñonera. Todo vale para llevar el preciado líquido en pleno verano
Insectos
No se te ocurra estar parado con la bici en algún punto de la montaña partir de las 20:00 horas porque los insectos y mosquitos te comerán vivo mientras te estás poniéndote las rodilleras y las garrapatas esperan entre las altas hierbas del sendero para hincarte el diente en los gemelos.
Zarzas, pinchos y demás vegetación.
La vegetación crece un montón con el calor, tanto que en algunos senderos no ves ni por donde vas, luego las zarzas y demás vegetales con pinchos o urticarias se ceban con tus piernas y brazos para que llegues a casa como si te hubieses peleado con un gato.
Cacas por todos los lados
El buen tiempo hace que la gente vaya al campo con sus animales, caballos y perros por lo general, al no llover sus "cacas" quedan en medio de los senderos sin que el agua las limpie, así que más vale que estés atento a esquivarlas o te llevaras una bonita plasta en tu rueda. Lo de no recoger los excrementos de los perros cuando se sale al campo y quedan plantados en medio de senderos y caminos es digno de estudio.
Nuestra ropa de montar a la moda tiene menos sentido
Nos gustaría montar en pelotas, ya que toda nuestra equipación nos molesta, nuestros cascos caros de Enduro se convierten en hornos que fríen nuestro cerebro y nuestras rodilleras se convierten en calefacciones que calientan nuestras rodillas. Es hora de montar con ropa de colores claros, zapatillas ventiladas, usar protección solar y buscar un casco con buenas entradas de ventilación.
Nos queremos convertir al XC
El calor es tan asfixiante que algunos acabamos colgando nuestras ropas de enduro y salimos a montar con licras finas y ventiladas, con cascos escuetos y con grandes agujeros y sin ningún tipo de protección. También se abre la veda de la bicicleta de carretera, moverse rápido y ágil sintiendo algo de brisa es todo un lujo durante el verano.
Sudor por todos los lados
Caerse en una piscina y luego pedalear, esa es la sensación que se lleva en bicicleta cuando pedaleas con calor, tener que subir sin guantes y ponértelos arriba para evitar bajar agarrado a dos esponjas mojadas o buscar las zapatillas más ventilas que encuentres para que tus pies no se cuezan son algunas de las cosas que tendrás que hacer para sobrevivir.
De en sombra en sombra.
Olvídate de subir del tirón esas subidas que haces en invierno, ahora tendrás que hacer "paradas técnicas" en minúsculas sombras para enfriar la CPU y no sobrecalentarte y caer en el temido golpe de calor que te dejara totalmente K.O. Es común ir viendo grupos de ciclistas apiñados en las pocas sombras y árboles que ofrecen estas zonas, para tomarse un descanso antes de continuar la ruta.
Senderos saturados
Como ya dijimos el buen tiempo hace que a todo el mundo le dé por salir a los senderos y de repente haya saturación de usuarios veraniegos en ciertos tramos, además a esto hay que sumarle el gran aumento de usuarios que ha traído la nueva moda de acudir a la naturaleza, así que ve con cuidado en los tramos ciegos para no chocar con nadie.
Quemaduras solares
¿Salir con una maga larga fina o llevar crema solar y ponértela cada hora?. Acabar con los brazos churrascado o las pantorrillas a la brasa es muy fácil con este sol abrasador, solo tienes dos soluciones o taparlos o protegerlos con crema solar. No te cortes en llevar un bote pequeño de crema solar, sobre todo si vas a estar más de dos horas pedaleando por zonas sin sombras.
Siempre llegas tarde
El calor como vimos o te obliga a madrugar mucho o te obliga a montar de noche, con lo cual o llegas tarde a trabajar por querer apurar hasta el último metro de un sendero por la mañana o llegas tarde a casa para cenar al liarte en la nocturna. Lo que suene el despertador a las 5:45 de la mañana para salir en bicicleta es muy duro o no.