El mundo del XC moderno no deja de sorprendernos. Cada día, este disciplina se acerca más al enduro y las bicicletas se adaptan a estas exigencias en constante evolución. El nuevo circuito del Campeonato del Mundo de Glasgow no ha pasado desapercibido, generando cierta polémica entre el público debido a los desafiantes obstáculos que presenta.
Si mencionamos drops, saltos dobles o gaps volando por el camino, podrías pensar que estamos describiendo un circuito de descenso o, tal vez, de enduro. Pero, nada más lejos de la realidad. Nos referimos al circuito olímpico de XCO del Campeonato del Mundo de Glasgow, donde se llevará a cabo el primer supermundial UCI.
Este circuito ha sido construido artificialmente con elementos propios de una carrera de descenso, desde drops hasta paredes verticales de roca pura. Hace algún tiempo hablábamos de cómo el DownCountry está ganando terreno en el XC, y en este circuito los pilotos tendrán que exprimir al máximo los 120 mm de recorrido de sus bicicletas, o tal vez, siguiendo los pasos de Jolanda Neff en Lenzerheide, optar por una bicicleta que permita 130 mm de recorrido en la parte delantera, con un ángulo más relajado.
El XC está en constante evolución y este circuito es prueba de ello. Los desafíos presentes en Glasgow obligarán a los corredores a enfrentarse a obstáculos que desafían las expectativas tradicionales de esta disciplina. El equilibrio entre agilidad y capacidad de respuesta se convierte en un factor crucial, y aquellos que sepan adaptarse a estas nuevas demandas podrán alcanzar la cima en este supermundial UCI.