Cada vez que llega un temporal los ciclistas de montaña nos ponemos a temblar al pensar en las condiciones que van a quedar muchas de las sendas por las que circulamos habitualmente.
Cuando nos abandone el temporal y regresemos a la montaña todos sabemos lo que nos vamos a encontrar en las sendas: Árboles cortando las sendas, derrumbamientos de tierra, surcos o roderas provocadas por la erosión del agua, hundimientos del suelo que han hecho desaparecer tramos de la senda, caída de rocas, zonas inundadas por falta de drenaje, etc. ¿Quién va a arreglar todo esto?.
¿Quién repara o mantiene las sendas?, a esto muchos de vosotros contestaréis que nadie, ya que vemos como las sendas quedan impracticables debido a la erosión de las lluvias y nadie hace nada para volverlas a su estado original. Técnicamente los ayuntamientos, responsables de zonas naturales y administraciones son las que hacen algún tipo de reparación en las sendas, pero esto ocurre muy de vez en cuando y nunca periódicamente.
La falta de cultura de mantenimiento de sendas por parte de la comunidad ciclista y la dejadez total de las administraciones hace que volver a circular por las sendas después de las lluvias o temporales se convierta en todo un reto. Estos destrozos provocarán que para esquivar un árbol, un charco, un derrumbe o un surco, los ciclistas y otros usuarios circulen campo a través para esquivarlos abriendo así nuevas trazadas que antes no existían.
Reparar los senderos es posible y es totalmente legal, solo se necesitan los permisos para hacerlo que se pueden conseguir acudiendo a la sección de medio ambiente de los Ayuntamientos. Estos permisos se agilizan si se piden a través de los responsables del club ciclista de la población. Si la comunidad ciclista no se plantea hacer mantenimiento a los senderos por los que circula, nadie lo hará.