Desde la llegada de los altavoces Bluetooth, parece que es imposible escapar de ellos, y el mountain bike no se ha librado de esta invasión sonora. La última moda es llevarlos colgados de riñoneras, mochilas o directamente en el manillar, como si hacer una ruta sin música a todo volumen fuera inconcebible.
El mountain bike siempre ha sido una vía de escape, una forma de desconectar del caos urbano, de dejar atrás el ruido, las prisas y la rutina. No se trata solo de pedalear para luego lanzarse en un descenso; es una experiencia de reconexión, de purificar la mente y disfrutar del entorno natural. Pero claro, parece que no todos los ciclistas entienden esto de la misma manera.
Algunos han decidido que no pueden vivir sin su “banda sonora” personal, colgando altavoces Bluetooth de sus mochilas o manillares, inundando el ambiente con su música en cada subida agotadora y cada bajada técnica. Así, en lugar de disfrutar del silencio de la montaña, te encuentras obligado a escuchar su “chunda-chunda” desde lejos, como si estuvieras en un antro de noche en lugar de en la naturaleza.
Hoy en día, no es complicado encontrar altavoces diseñados para bicicletas, pero aquí surge una pregunta que debería incomodar a más de uno: ¿de verdad necesitamos llevar música en la bicicleta? ¿De verdad es necesario invadir el espacio natural con un estruendo que desentona por completo con el entorno? Porque seamos honestos: el mountain bike no necesita de ese ruido artificial. El sonido de los neumáticos mordiendo las piedras, el viento, la respiración… eso es todo lo que hace falta.
Pero lo que sorprende aún más es el absoluto desprecio por los demás. Parece que a algunos ciclistas les da igual el respeto por quienes buscan paz y silencio, como si la montaña fuera su propio festival ambulante. ¿Es tan difícil disfrutar de la naturaleza sin imponernos tu playlist? Y si tan indispensable es la música, ¿de verdad nunca oyeron hablar de los auriculares de conducción ósea, que te permiten escuchar sin obligar a todos a hacerlo?.Si necesitas un ruido constante para disfrutar cuando sales a rodar por la naturaleza, tal vez, y solo tal vez, la montaña no sea el lugar adecuado para ti.