La ciclista Ares Masip, nacida en Lleida y residente en Andorra, ha denunciado a través de sus redes sociales un intento de violación ocurrido durante la Copa del Mundo de Enduro en Leogang, Austria. La deportista, quien compite para la marca Forestal y ha sido tres veces subcampeona de España, ha decidido romper el silencio para visibilizar el problema de la violencia machista en el deporte.
Ares Masip revelando su aterradora experiencia .Instagram.
El incidente ocurrió en junio de 2023, en el paddock privado de la competición, donde se encuentran los equipos técnicos. Masip había terminado una agotadora jornada y se retiró a descansar en su furgoneta. Hacia las tres de la madrugada, un compañero corredor la despertó pidiéndole alojamiento, alegando que su hotel estaba lejos. A pesar de su cansancio, ella accedió.
“Subió a la cama desnudo y enseguida le dije que no quería tener sexo con él. Insistía sin parar, pero yo repetía que no”, relata Masip. La situación escaló rápidamente cuando el hombre la sujetó con fuerza y comenzó a amenazarla: “Me tapaba la boca y decía: ‘Te violaré, te violaré’”. Durante más de cuatro horas, Masip luchó con todas sus fuerzas, resistiendo los intentos del agresor de desnudarla y someterla. Al amanecer, el ciclista finalmente se marchó.
Denuncia pública y consecuencias
Masip decidió hacer pública la agresión en su cuenta de Instagram, acompañada de una firme declaración: “Esto pasa mucho más de lo que pensamos. En los paddocks hay otros agresores”. Además, ha presentado denuncias formales ante los Mossos d'Esquadra y la Unión Ciclista Internacional (UCI), que ya han iniciado investigaciones.
La ciclista también exige medidas contundentes contra el agresor: “Lo mínimo es que le retiren la licencia. Esto ocurrió en el lugar más importante del deporte, en una Copa del Mundo. No puede quedar impune”.
Este caso representa un nuevo golpe para el mundo del mountain bike, que hace poco se vio sacudido por el escándalo de mensajes machistas en el Circuito 7 Estrellas, provocando la suspensión de pruebas y la pérdida de patrocinadores. No se puede permitir que la violencia hacia las mujeres se infiltre en un deporte que ha sido un símbolo de igualdad, destacándose por sus valores de competitividad sana, respeto mutuo y conexión con la naturaleza.