¿Eres nuevo en el mountain bike o ya llevas muchos años haciéndolo? No importa lo que hayas contestado en la pregunta anterior, ya que tarde o temprano todos pasaremos por las siguientes experiencias o las habremos superado.
El rey o reina de los trapos
Cualquier camiseta vieja se convertirá en trapos para limpiar tu bicicleta, su transmisión y cadena. También te rodearás de mantas y toallas para proteger a tu bicicleta cuando la guardes en tu coche o durante los remontes.
Golpearte tu mano con los dientes del plato
Cuando vayas a quitar los pedales y estén muy apretados, harás mucha fuerza para soltarlos, cuando estos se aflojen lo harán de repente y tus nudillos acabarán chocando contra los dientes del plato o la cadena. Dolor.
Tener una avería lejos de todo.
Que levante la mano el que no ha tenido que volver a casa empujando la bicicleta en modo patinete, empujado por un compañero o teniendo que llamar a un taxi. Una avería como la rotura de la patilla o de la cadena te puede dejar tirado en medio de la nada, suficiente para hacer dedo por la carretera para que te bajen a casa.
Pensar que una bicicleta de 4999 € es barata
Cuidado con quien hablas de precios de bicicletas, mejor que lo hagas entre compañeros ciclistas, ya que si lo haces fuera de este círculo te pueden tomar por loco, cuando les digas que te has comprado una bicicleta en oferta por 4999 € y que ha sido una ganga.
Echar de menos a nuestra ex-bicicleta.
Normalmente, cuando compramos una bicicleta nueva siempre vendemos la que tenemos, con el paso del tiempo nos dará nostalgia acordándonos de ella y pensemos porque la vendimos, ya que ahora nos gustaría dar una vuelta con ella.
Echarle la culpa a la bicicleta
Cuando no conseguimos bajar fluidos en una senda o se nos atraganta una ruta, casi seguro que nuestra bicicleta de montaña acaba teniendo la culpa de nuestros fallos. Las cubiertas no van bien, los frenos no tienen la suficiente potencia o la horquilla no está bien regulada.
Quedarte sin vida social
Cuando realmente te gusta el mountain bike, llega un momento que todo se pospone para poder salir a montar por los senderos. Acabarás convirtiéndote en un ermitaño que pasa más tiempo solo con su bici en la montaña que tomando café con los amigos.
Equivocarte de ropa
Abrigarte demasiado o salir demasiado fresco. Este puede ser uno de los errores más cometidos por los ciclistas a la hora de salir a pedalear, ¿Qué ropa me pongo?.
Bajar por donde no debes y perderte
Cuando estás explorando un área nueva y ves una senda que tiene pinta de ser un buen descenso no dudamos un segundo en tirarte, el problema viene cuando esa senda no lleva a ningún sitio y luego tienes que regresar al revés por la terrible cuesta al punto de partida.
Que te pille la noche
Otra experiencia que tarde o temprano nos suele pasar, que nos pille la noche mientras estamos en ruta y encima sin luces. Suele pasar por calcular bien el tiempo de la ruta, por una avería o por entretenernos demasiado. No nos queda otra que abrir los ojos como búhos y salir de la montaña como podamos.
Mendigar comida y agua
No llevar suficiente comida o agua y cuando has acabado todos tus víveres y rogando a los compañeros un trozo de barrita energética o un trago de agua. Cuando notas que tienes el depósito vació, solo piensas en comida y estás deseando llegar a un bar para recargar para poder seguir pedaleando.
Montar algo nuevo el día anterior a la ruta
Nunca estrenes nada nuevo el día de una ruta importante o el día de una carrera mtb, porque casi seguro es que lo que lleve te cause molestias o que esté todo por regular. Cuando estrenes componentes o una bicicleta usa unos días de adaptación y regulación para que todo se esté correcto.
Olvidarte algo
Olvidarte el casco o las zapatillas de los pedales automáticos y no poder salir a montar es otra de las experiencias que acabarás sufriendo. Tu corazón te dará un vuelco al ver que te falta algo del equipo para poder pedalear. En los casos más extremos algunos ciclistas se llegan a olvidar hasta la rueda delantera apoyada en alguna pared.