Brendan Fairclough vio una gran formación de láminas de rocas que sobresalía de una montaña mientras regresaba a su casa, así que se preguntó si aquello se podía descender con una bicicleta de montaña. La única forma de acceder a la cima es trepando por una empinada ladera, la superficie de la losa de roca es muy resbaladiza a la par que inclinada, con lo cual lo que parecía un trabajo fácil, se convierte en toda una aventura y un reto para Fairclough que además tuvo que lidiar con un día lluvioso y con niebla.