La maleza, resultado de un desmonte realizado sin considerar los impactos en la vida silvestre, se convirtió en una trampa para la oveja que quedó atrapada dentro de él.
La oveja intentó cruzar el manto de ramas y troncos cortados sin mucho éxito. Un grupo de ciclistas de montaña que pasaban por la zona se dieron cuenta de la mala situación en la que estaba el animal, así que actuaron de inmediato para intentar liberarlo.
Con mucho cuidado, los rescatistas ciclistas improvisados caminaban no con dificultad por encima del montón de ramas y troncos abandonados hasta llevar a la oveja. Cooperando entre ellos finalmente lograron desenredar a la oveja, permitiendo que volviera a pisar terreno seguro.