En un giro inesperado pero no del todo sorprendente para quienes siguen de cerca la industria, Revel Bikes ha anunciado su cierre definitivo, a pesar de que hace unas semanas acababan de presentar su nueva ebike. La firma con sede en Colorado, conocida por su compromiso con la innovación, el diseño minucioso y un enfoque casi artesanal del mountain bike, no ha logrado resistir la dura embestida de un mercado en crisis.
La declaración, firmada por los fundadores Ben y Matt, es tan directa como dolorosa: la marca entra en liquidación ordenada tras agotar todas las opciones posibles de financiación y perder su red de seguridad. Más de 8 millones de dólares en deuda asegurada y una tormenta perfecta de retrasos en productos, pagos pendientes y un mercado débil han llevado a esta decisión inevitable.
“No hay una manera fácil de decir esto. Revel Bikes, tal y como está actualmente, está cerrando sus puertas.”
— Revel Bikes
Una despedida con honestidad
La carta abierta del equipo Revel no se esconde tras tecnicismos. Habla de frustración, de límites humanos y de la imposibilidad de seguir remando contra corriente en soledad. Al mismo tiempo, deja una pequeña puerta abierta a la esperanza: si alguien adquiere la deuda y decide relanzar la marca, Revel podría volver. Pero por ahora, la realidad manda: el cierre es inminente y el futuro, incierto.
¿Qué pasará ahora?
El negocio ha sido transferido al banco acreedor principal, lo que indica que la prioridad será saldar las deudas garantizadas. Los activos restantes —como herramientas, inventario, propiedad intelectual y posiblemente incluso los diseños— están siendo evaluados para su venta. El equipo, reducido al mínimo, intentará gestionar la salida de forma ordenada.
Para los usuarios y amantes de la marca, este cierre significa algo más que la desaparición de un fabricante. Revel representaba una forma de hacer bicicletas: atención al detalle, pasión por el trail y una comunidad que se sentía parte del proceso.
Un legado que no se olvida
Bicicletas como la Rascal, la Rail o la Ranger no solo eran productos: eran extensiones del terreno para riders que buscaban algo especial. Su sistema CBF (Canfield Balance Formula), su obsesión por la fibra de carbono y su enfoque boutique marcaron una diferencia en un mercado dominado por gigantes.
La industria del ciclismo de montaña no es ajena a los altibajos. El cierre de Revel es un recordatorio de que, incluso con buenas ideas y productos excelentes, el contexto económico y los desafíos logísticos pueden poner en jaque a cualquier marca.