En el mundo del ciclismo, cada pedalada cuenta y cada alimento tiene su peso en el rendimiento y las frutas emergen como un componente que no puede faltar en la dieta del ciclista.
Tras horas de ruta pedaleando, la llegada a casa puede despertar un hambre voraz. Sin embargo, el instinto de saciar este deseo sin control puede ser contraproducente si comemos lo primero que pillamos. En el contexto de la práctica ciclística, la fase inicial conocida como la "Ventana Metabólica" demanda una selección cuidadosa de alimentos. Es aquí donde la fruta se posiciona como una gran opción.
Sandía: El Hidratante Natural del Ciclista
Principalmente durante los meses veraniegos, cuando las jornadas sobre la bicicleta deparan la pérdida de considerables cantidades de líquido, la sandía es una aliada ineludible. Compuesta en un 90% por agua y rica en glucosa, esta fruta satisface la doble necesidad de hidratación y aporte energético, restableciendo las reservas agotadas por la intensa actividad.
Plátano: El Poderoso Reforzador de Reservas
El plátano, cual recurso enriquecido de azúcares rápidos, va más allá de su dulzura. Su contenido de potasio y magnesio actúa como un escudo contra los calambres. Esta fruta, es un donante natural de electrolitos, garantiza la integridad de los músculos durante las rutas largas de mountain bike.
Orejones de Albaricoque Deshidratados
En las travesías en bicicleta, la comodidad de portar provisiones compactas es crucial. Entre estas opciones, los orejones de albaricoque deshidratados se destacan. Aunque moderados en azúcares, su aporte generoso de potasio al músculo previene los indeseables calambres. Para conseguir una mezcla de sabores y nutrientes, combinarlos con uvas pasas les otorga un sabor dulce y un compendio de vitaminas B, A y C.
Cítricos: El Impulso de Vitamina C
Pomelos, naranjas, limones y mandarinas, con sus pulpas vívidas y ricas en vitamina C, otorgan resistencia al cuerpo y aplazan la entrada de fatiga. Esta vitamina, esencial para el metabolismo energético, transforma a estas frutas en un recurso estratégico para afrontar extensas rutas con vitalidad. Por eso no es de extrañar encontrar en los avituallamientos de las carreras naranjas cortadas para los ciclistas.
Higos Secos: Energía Concentrada y Vitalidad Sostenida
Los higos secos, aparentemente modestos en términos calóricos, se revelan como auténticos tesoros nutricionales. Aportando calcio, magnesio y potasio, estos pequeños frutos secos se convierten en la barrera contra espasmos y calambres, especialmente en rutas con considerables desniveles acumulados. En la lucha constante contra la fatiga muscular, los higos secos son un arma infalible.