Piensa en esto: hace 20 años, una bici de doble suspensión con 100 mm de recorrido y frenos V-Brake era lo más avanzado. Hoy, cualquier bici de enduro supera los 160 mm, los frenos de cuatro pistones te dejan clavado con un solo dedo, las transmisiones electrónicas cambian por ti, y las e-bikes te impulsan cuesta arriba como si fueras Nino Schurter con turbo. Pero espera… ahora también tenemos frenos ABS y amortiguadores de suspensión en la rueda trasera.

Entonces, la gran pregunta: ¿nos estamos volviendo mejores riders o solo estamos dejando que la tecnología haga el trabajo por nosotros?. Antes, enfrentarse a un sendero técnico requería precisión quirúrgica: había que leer el terreno, colocar el peso con maestría y anticiparse a cada golpe. Hoy, con una bici moderna, simplemente apuntas, dejas que la suspensión trague y confías en que los neumáticos anchos harán el resto.

Las suspensiones electrónicas, como RockShox Flight Attendant o Fox Live Valve, ajustan el recorrido en milisegundos sin que levantes un dedo. Y la geometría, que antes se mantenía "racional", ahora es cada vez más larga, baja y lanzada, con ángulos de dirección que antes solo se veían en DH. ¿El resultado? Bicis que bajan como auténticos misiles y que te permiten salir de situaciones en las que antes habrías besado el suelo.

Los frenos ABS ya están aquí. Bosch ha lanzado un sistema para e-MTB que evita que bloquees la rueda delantera y que pierdas tracción en la trasera. Es decir, no más derrapes involuntarios, no más OTBs (Over The Bars). ¿Suena bien? Claro, en teoría. Pero también significa que el rider pierde parte del control manual de la frenada.Antes, frenar en la zona justa era parte del juego; ahora, simplemente confías en que el sistema hará el trabajo por ti. Y aquí surge la pregunta clave: ¿qué pasa con el “flow” del MTB si un algoritmo decide cómo frenar por nosotros?.
Neumáticos anchos y estabilidad total
Hace unos años, una cubierta mtb de 2.3” era lo más agresivo que podías llevar. Hoy se corre XC con 2.40 y el enduro con 2.5" o 2.6”, con carcasas reforzadas y presiones ridículamente bajas. La tracción que ofrecen es brutal, pero también significa que muchos riders nunca aprenden a gestionar derrapes o a leer el grip del terreno como antes.Y si a eso le sumamos las geometrías ultrastables y los frenos de última generación, tenemos un cóctel en el que la bici te mantiene de pie incluso si tu técnica es cuestionable.
Las e-bikes y el “modo Dios”
Aquí viene la más polémica: ¿Qué pasa con las e-bikes? Ahora cualquier rider puede hacer en una salida el triple de kilómetros y de desnivel que haría en una bici convencional. ¿Eso significa que están mejorando su técnica? No siempre es así.
Las e-bikes modernas han convertido las subidas imposibles en paseos dominicales. Gracias a la asistencia, puedes enfrentarte a terrenos que antes ni siquiera considerarías sin necesidad de refinar tu pedaleo o tu posición en la bici. ¿Y en las bajadas? Con el peso extra y la estabilidad, muchas veces te sientes imparable, aunque en realidad la bici está haciendo el trabajo por ti.
Las e-bikes son el futuro, eso no se discute. Pero también es cierto que pueden generar una falsa sensación de habilidad. Y cuando un rider acostumbrado a una e-bike se sube a una bici convencional, muchas veces se da cuenta de que sin toda esa tecnología, no es tan bueno bajando o subiendo como pensaba.
Michelin Wild Enduro Front Racing
¿Evolución o dependencia?
No se trata de ser un purista y decir que todo tiempo pasado fue mejor. La tecnología ha hecho que el MTB sea más accesible y seguro, permitiendo que más personas disfruten del deporte sin tener que pasar por años de prueba y error. Pero también hay algo que perder en el proceso. Los riders de antes tenían que compensar las limitaciones de la bici con técnica y creatividad. Hoy, si dependemos demasiado de la tecnología, ¿Qué pasará cuando nos subamos a una bici sin todas esas ayudas? ¿Seremos todavía riders completos o simplemente pasajeros de una máquina que lo hace todo por nosotros?.
La respuesta no es rechazar el progreso, sino encontrar el equilibrio: usar la tecnología como herramienta, pero no como muleta. Al final del día, la verdadera esencia del MTB sigue siendo la misma: el rider, la bici y el sendero. Todo lo demás es secundario.