Se ha abierto el melón de las bicicletas eléctricas y de la masificación de los espacios naturales por el “boom” que ha tenido el mountain bike en estos últimos meses.
Un artículo publicado en el periódico “La opinión de Murcia” ha puesto a debate el problema de la masificación de bicicletas de montaña que está empezando a sufrir la red de senderos en los espacios naturales. El artículo está dirigido hacia los ciclistas de montaña que se saltan las normas, siendo irrespetuosos con otros colectivos, que circulan por sendas en las que no están permitidas las bicicletas de montaña o van a altas velocidades en sendas compartidas.
Hacen hincapié en la erosión que provocan las bicicletas en zonas con pendientes pronunciadas arrastrando el terreno y generando “surcos” que agravan aún más el arrastre que provoca el agua en días de lluvia. El agente medioambiental Alonso Miñaro dijo en “La Opinión de Murcia”:" La regulación actual es muy genérica y por eso cuesta que se respete, por ejemplo, la Ley de Montes pide cuantificación del daño, y resulta imposible ir cuantificando eso por cada ciclista individual”.
Además, el agente medioambiental apunta a que la moda de las bicicletas eléctricas, más erosivas al contar con cubiertas más anchas y ser más pesadas, ha hecho accesible la montaña a casi todo el mundo. Considera que se necesita una ley más firme y específica que tenga en cuenta las diferentes tipologías de espacios protegidos.
Alonso Miñaro hace hincapié que la consigna sobre las bicicletas de montaña debe de ser: “Regulación e información, no prohibición”.
Hay que conseguir sensibilizar a los ciclistas de montaña, por el buen hacer individual y de esta manera que se reduzcan o se eviten los daños en el medio natural. Termina diciendo, que la bicicleta de montaña y medio ambiente no tienen por qué ser incompatibles, así que ve justo señalar que la actividad de los senderistas también genera un impacto en las sendas. Para terminar repitiendo su consigna “Regulación e información, no prohibición”.