La bicicleta de montaña se ha convertido en el flotador económico que está salvando del olvido y de la despoblación a muchos pueblos pequeños a lo largo de toda la geografía española.
Es imposible que todos vivamos en las grandes ciudades y España sufre un problema de concentración de población en las grandes urbes, algo paradójico en un territorio tan vasto como el que tenemos, donde miles de pueblos se están quedando vacíos al no tener un sustento económico para sus habitantes o para atraer a nuevos inquilinos
Una de las soluciones que a día de hoy está funcionando y está llenando de vida estos pueblos es el boom de la bicicleta de montaña. Estos pueblos están situados en enclaves paisajísticos de gran atracción y cuentan con una red de caminos y sendas muy atractivas para la práctica del ciclismo de montaña.
El caso más famoso de éxito en nuestro país es la Zona Zero en la comarca del Sobrarbe, donde han conseguido poner en el mapa mundial unos pueblos que estaban al borde de la desaparición, tan bien fue este modelo que incluso desde el lejano oriente han venido a estudiar este modelo para copiarlo y aplicarlo en China, que sufre también problemas de despoblación en sus pueblos.
En España Zona Zero inició un efecto dominó y ya son muchas las zonas de la geografía española que han visto en los centros de mountain bike la salvación de sus pueblos. En la Comunidad Valenciana podemos ver ejemplos como Biketrails en el pequeño pueblo de Higueruelas, que atrae a miles de ciclistas a sus sendas o el precioso centro de MTB de Enduroland cuyas sendas se han convertido en un imán para las bicicletas de montaña, llevando vida a pueblos olvidados por el tiempo y con apenas habitantes.
Asturias (Senderos del Carbón), León (Zona Alfa) , Guadalajara (Zona Zentro) y una larga lista de nuevos centros de mountain bike están apostando por crear un turismo responsable, ecológico, de calidad y deportivo. El impulso económico que llevan los ciclistas a estos pequeños pueblos es increíble, tanto que, sus habitantes estan encantados de ver sus calles llenas de bicicletas , ya que alrededor de estos empiezan a crecer, locales de restauración que no había, hospedajes que no había y todo tipo de servicios y empresas que acuden a estos pueblos atraídos por la oportunidad de negocio que genera la bicicleta.