En el mountain bike, los consejos y trucos se transmiten de generación en generación, creando un cúmulo de conocimiento que a menudo carece de rigurosidad. Uno de esos mitos que circula en el ámbito del ciclismo de montaña es la recomendación de apretar el sillín con los muslos al descender, con la promesa de proporcionar un mayor control sobre la bicicleta. Sin embargo, es hora de arrojar luz sobre esta práctica comúnmente inculcada a los ciclistas novatos.
El peso descompensado: una trampa mortal
La creencia de que apretar el sillín con los muslos brinda un control adicional puede resultar en una peligrosa descompensación del peso sobre la bicicleta. Al abrazar el sillín con las rodillas, el ciclista desplaza el centro de gravedad hacia atrás, lo que desequilibra la bicicleta y afecta negativamente el funcionamiento de las modernas geometrías de las bicicletas de montaña. El resultado puede ser la pérdida de control o incluso la aparición de temblores en la rueda delantera debido a la falta de peso sobre ella.
Anulando el papel crucial de las piernas
Los ciclistas experimentados de montaña saben que las piernas son la mejor suspensión natural disponible al descender por terrenos accidentados. Al apretar el sillín con los muslos, las rodillas quedan unidas y no pueden realizar su función de flexionarse para absorber los impactos y los obstáculos en el terreno. Esta acción compromete la capacidad de adaptación de la bicicleta y puede dar como resultado una experiencia menos controlada y más incómoda.
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Moratones: el precio de la ilusión de control
La ilusión de un mayor control lleva a muchos ciclistas a apretar con fuerza el sillín en terrenos difíciles. Sin embargo, esta acción puede tener un precio físico. El constante movimiento de las piernas al apretar el sillín puede causar molestos moratones en la parte interna de los muslos, lo que a menudo se pasa por alto en medio de la emoción de la carrera.
La verdad sobre el control en el Mountain Bike
Es esencial aclarar que la bicicleta de montaña no se maneja controlando el sillín con los muslos. La creencia de que al desplazar el sillín hacia un lado con los muslos se logra que la bicicleta gire es simplemente un mito. La realidad es que son los cambios de peso lateral y la variación en la posición de las piernas lo que permite a los ciclistas de montaña tomar curvas con éxito, además de mantener el peso lo más centrado posible para que ninguna de las ruedas pierda grip.