Si has montado en bicicleta de montaña con un grupo de amigos durante suficiente tiempo, seguro que has vivido este escenario: uno quiere apretar el ritmo, otro va al límite, otro simplemente quiere disfrutar del paisaje y otro se ha comprado una ebike. Y así, sin darnos cuenta, la grupeta empieza a fracturarse.
Las diferencias en el nivel físico, los objetivos individuales y, seamos sinceros, los egos, o la llegada de las ebikes al grupo, pueden hacer que lo que comenzó como una salida tranquila termine en un pelotón dividido en pequeños grupos, cada uno con su propia filosofía de pedaleo.
¿Rodamos juntos o cada uno a su ritmo?
La gran pregunta. Algunos defienden que lo más importante es la convivencia y que el grupo debe mantenerse unido, ajustando el ritmo para que nadie se quede atrás. Otros opinan que cada quien debe rodar a su nivel y que esperar demasiado corta el "flow" de la ruta. En el MTB, esta discusión se vuelve aún más compleja: en una subida técnica, cada quien escala a su propio ritmo, pero en el descenso, la velocidad y la habilidad pueden marcar grandes diferencias.
El factor ego: “¡Salimos de tranquis!”
Siempre hay alguien en la grupeta que quiere medir fuerzas y empuja al resto a salir de su zona de confort. A veces, esto es positivo porque nos ayuda a mejorar, pero otras veces puede convertirse en una fuente de tensión. ¿Cuántas veces has visto a alguien explotar a mitad de ruta porque intentó seguir un ritmo que no era el suyo?. Por otro lado, están los que nunca tiran, siempre van a rueda y aparecen frescos en los últimos kilómetros para atacar. Y claro, esto también genera su dosis de polémica. A esto hay que sumarle la frase mas peligrosa del cicismo: Salimos de traquis, algo que no va a ser cierto y donde el grupo apretara tanto subiendo como bajando.
La llegada de las ebikes.
Cuando alguien en la grupeta se compra una e-bike, solo hay dos posibles desenlaces: o el resto acaba rindiéndose y también se pasa a la eléctrica, o el nuevo "electrificado" terminará buscando otro grupo donde todos rueden al mismo ritmo. La diferencia de velocidad en las subidas es abismal; mientras la e-bike avanza sin esfuerzo, el resto sufre para mantener el ritmo, quemándose en el intento. Al final, ni unos ni otros disfrutan: los de la bici convencional acaban agotados, y el de la e-bike, aburrido de esperar en cada cima.
¿Cómo evitar el drama en la grupeta?
- Planificar la ruta: Definir el tipo de salida (rodadora, técnica, cañera o relajada) ayuda a evitar malentendidos.
- Dividir el grupo si es necesario: No todos tienen los mismos objetivos ni capacidades, ni ebikes. Si hay muchos niveles, es mejor hacer dos subgrupos.
- Esperar en puntos clave: En MTB, las subidas suelen separar al grupo. Una buena práctica es reagruparse en los puntos estratégicos para que nadie se pierda.
- Respetar los días de disfrute: No todas las salidas deben de ser a tope. A veces, simplemente hay que relajarse y disfrutar del camino.
Al final del día, lo importante es compartir buenos momentos y seguir disfrutando de la bici. Porque si el MTB no es diversión y compañerismo, ¿entonces para qué rodamos juntos?.
