Siendo ciclistas de montaña hay ciertas situaciones que nos pueden incomodar o que incluso las lleguemos a odiar cuando nos pasan.
Kom
Todos sabemos lo que cuestan conseguir un Kom, cuando te haces con uno te sientes muy bien contigo mismo porque has conseguido superarte en ese tramo que llevabas persiguiendo tanto tiempo, así que nada más odioso que alguien te lo quite a los pocos días y que encima strava te mande un mensaje a tu correo para avisarte que has perdido tu kom y lo primero que piensas ¿habran hecho trampas en el strava?.
Perros sueltos
El archienemigo de los ciclistas son los perros sueltos, cuando los vemos en la lejanía ya sabemos que nos van a perseguir y piensas ¿cómo puedo defenderme de un perro en la bici? Ese momento crítico que te empieza a perseguir es odioso y pone a prueba tu forma física para realizar sprints.
Barro
Montar en bicicleta con barro puede ser divertido o una pesadilla, todo depende de la densidad del barro, si este es muy denso atascara tus ruedas y te tocará empujar la bicicleta hasta que salgas de esa zona. El no tener guardabarros en la MTB, sobre todo en la parte delantera, puede convertir tu cara en el objetivo del barro y eso es odioso.
Polvo y piedras
Bajar un descenso pegado a tu compañero que va delante, puede ser odioso, ya que irán saltando piedras que se quedarán en medio de tu trazada o una gran nube de polvo que te impedirá ver nada y terminarás frenando para dejar distancia.
Insectos
¿Quién no se ha tragado un insecto bajando en bicicleta?, los insectos tienen la costumbre de chocar contra los ciclistas y acaban metiéndose en nuestros ojos, boca o en nuestro pecho sin llevar el maillot abierto. Así que ya sabes, boca cerrada, gafas para ciclistas y maillot cerrado cuando vayamos a bajar.
Caca
Esto puede ser algo muy odioso, ¿Quién no ha pisado una caca con la rueda de la bici?, automáticamente tendremos un “ambientador” constante en nuestra bicicleta, además de asegurarnos de tener que ir a lavarla nada más acabar la ruta.
Prohibiciones
Vamos a sumar como extra una octava situación que odiamos mucho, que prohíban la circulación de las bicicletas de montaña por las sendas, sobre todo cuando no presenten pruebas y datos para hacerlo y se cierran en banda a las soluciones que ofrecen los colectivos ciclistas, como la regulación de la circulación y un mantenimiento anual de las sendas para que estén en buen estado.