Estamos a puertas de la estación del verano donde los días son más largos y las jornadas de bicicleta de montaña se alargan y parecen no tener fin.
Madrugar o por la noche
El calor que hace nos impide salir en las horas centrales o por la tarde, así que a los ciclistas de montaña nos toca madrugar para terminar la ruta antes de las 10 o hacernos con unas luces para bicicleta y disfrutar de las noches de verano a pedales.
Adiós al grip
Los senderos que habitualmente rodamos han perdido toda su humedad con lo cual nuestras cubiertas de mountain bike resbalan en cada curva, en cada roca y en cada salto. La sensación anti-grip está durante toda la bajada y sentimos como el polvo se pega en nuestra piel durante la ruta.
Con agua no basta
Calor y humedad son nuestros nuevos compañeros de ruta en bicicleta de montaña, ya no es suficiente con beber solo agua necesitamos electrolitos para evitar la deshidratación y esa sensación de pesadez al pedalear.
Crema solar o taparse
El sol pega muy fuerte y las partes más expuestas cuando montamos en bicicleta de montaña son nuestros brazos y cara. Una solución para los brazos es llevarlos tapados con una manga larga fina de tejido de verano transpirable con protección UVA, la otra alternativa es llevarse un bote de crema solar para aplicarla en las partes que necesitamos.
Refrigerando la cabeza
Sentir mucho calor en la cabeza y pesadez es síntoma de que nos acercamos a un golpe de calor, al igual que cuando se calienta un motor la solución es pararse a la sombra y esperar a que se enfríe para continuar. Hacer más paradas técnica durante las rutas de verano siempre que lo veas necesario.
Viajes a senderos infinitos.
El verano anima a viajar con nuestra bicicleta de montaña, ir a conocer esa zona de sendero que vistes en un vídeo o visitar alguna meca del mountain bike que siempre has soñado queda más que nunca al alcance de tu mano.