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Un estudio de 37 paginas desmonta los argumentos contra el MTB en las sendas


En plena batalla de los gestores de los parques naturales por expulsar a las bicicletas de montaña de las sendas, siguen apareciendo estudios que con datos demuestran que no existe diferencia entre la erosión que produce un senderista o una mountain bike.





Los gestores de los parques naturales en la Comunidad Valenciana y en otros lugares de la geografía española como Collserola o Guadarrama se están encontrando una resistencia que no se esperaban por parte del colectivo ciclista representado por la asociación IMBA, entre otras, que cuestionan la prohibición de las bicicletas en las sendas en parques naturales, ya que no se basan en ningún estudio y atenta directamente con el articulo de la constitución 45.1:"Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo" .


"Legislar un uso de las sendas donde todos los colectivos entren, es el trabajo que deben de realizar los gestores de los parques naturales y no privatizar las sendas para el uso personal de un solo grupo de personas."






En este nuevo documento podemos ver 37 páginas muy interesantes, donde se desmontan todos los argumentos que se esgrimen en la actualidad contra las mountain bike. El texto habla del impacto que tiene pisotear las sendas o rodarlas, indaga en las percepciones que tienen los colectivos sobre la bicicleta de la montaña o el impacto social que tienen estas. 


El estudio apunta que una persona caminando por un sendero ejerce una doble fuerza de erosión:  “El daño causado por el pie se produce primero por las fuerzas de compactación hacia abajo que ejerce el talón al principio de la pisada, y luego por las fuerzas de cizalla rotacionales ejercidas por la punta de los dedos en el final de la pisada”.


En el caso de las mountain bike es menor siempre que las ruedas vayan girando y no se haga derrapajes excesivos en sendas inclinadas:  “Sin embargo, cuando no se produce derrapaje, el impacto producido por el giro normal de las ruedas es menor que el producido por las pisadas”. 





Sobre el tema de la peligrosidad de la bicicleta de montaña o de que es dañina contra el medio ambiente, varios estudios demuestran que todo se basa en suposiciones, percepciones e ideas personales, que tienen algunos senderistas o gestores de espacios naturales. A pesar de la actitud de algunos ciclistas de tomar a toda velocidad curvas ciegas o de no respetar el paso de los senderistas, no se reportan casos ni existe una estadística de accidentes en la montaña dentro de las sendas.


“Las diferencias reales entre los grupos, sin embargo, eran pocas y no siguieron los patrones de la desemejanza percibida [indicada sobre todo por los senderistas]. Los senderistas y ciclistas de montaña solitarios eran similares en cuanto a sus actitudes sobre el medio ambiente y enfoque de actividades". (Watson et al. 1991: 69)”.


El estudio hace hincapié que muchos gestores y senderistas equiparan a las bicicletas de montaña con los vehículos a motor, cuando la mountain bike no es un vehículo motorizado y necesitaría un estudio y legislación propia por sus características, algo que nunca se ha hecho en España y no existe nada en concreto para la bicicleta de montaña. Los prejuicios muchas veces son simplemente por que no ven que hagan lo mismo que ellos, de hecho algunos senderistas empiezan a ver con malos ojos a los Trail Runners en las sendas, percepciones que cada individuo tiene como propias, pero que hay que saber distinguir de la realidad.


Cardio


IMBA Comunidad Valenciana: "Si plantean hacer el tan socorrido “catálogo” que sea para todos los usuarios de las sendas. Aclaremos que el resto de usuarios no son peatones ni viandantes, esto no son calles ni aceras, es monte. Se pretende confundir, señores son deportistas, como nosotros, no se están desplazando de un pueblo a otro, ni transitando para trabajar en los bancales, no nos engañemos, hacen actividad física-deportiva, recreativa, o como le quieras llamar, y no lo llevan haciendo desde hace cientos de años estas actividades, son prácticas-costumbres de la sociedad actual, ni más ni menos que el ciclismo de montaña, en definitiva las sendas son y deben usarse, para todos por IGUAL."



En un pequeño resumen de este texto dice: Finalmente no existen diferencia del impacto que provoca el senderismo o el mountain bike, siempre que este último no abuse de los derrapes, apunta a la lluvia y fenómenos meteorológicos como una de las mayores culpables de la erosión en las sendas y que hay que empezar a distinguir la percepción personal que se tiene de las bicicletas, de la realidad.  Esto es solo un muy breve resumen del estudio que consta de 37 páginas que os recomendamos que leáis, ya que deja claro muchos conceptos de los que se están hablando estos días. Para acceder al informe completo pincha AQUÍ.