El bautismo de estrenar pedales automáticos es caerse cuando te vas a parar en un semáforo.
Los pedales automáticos son un invento del demonio que hace que muchos ciclistas novatos acaben rodando por el suelo cuando paran su bicicleta, los pies se quedan enganchados y la falta de experiencia hace el resto para que acaben rodando por el suelo.
Una estadística demuestra que ya somos muchos los que nos caemos por su culpa a pesar de llevar la dureza floja los primeros días nos convertimos en sus víctimas para desgracia nuestra y para risa de nuestros compañeros de ruta.
Poner un poco de grasa en ellos ayuda a que salgan mejor o unos metros antes ir sacando ya el pie nos puede ayudar a no caer cuando llegamos a nuestro portal. Si no somos capaces de hacernos con ellos siempre nos quedará pasarnos a pedales de plataforma. ¿Has sido victima de los pedales automáticos?