La Conferencia Episcopal Española ha dejado entrever que uno de los pequeños pecados que cometen los ciclistas es mentir en el precio de sus bicicletas y es una confesión muy habitual en las Iglesias.
Dividen a los ciclistas mentirosos en dos bandos, en los que mienten a sus compañeros de salidas diciéndoles que la han conseguido en una oferta ahorrando un buen dinero o directamente mienten a su pareja al comentarles que les salió barata gracias al Cheque Ahorro del Supermercado.
Bicicleta rota con un hacha por la pareja al enterarse del precio.
Desde la Conferencia insisten en que una buena base de confianza entre los amigos o la pareja evitará estar inventando precios y arriesgándose a ser pillados con la mentira entre los dientes.